VISIÓN Y MISIÓN DE LA PARROQUIA

PLAN PASTORAL DE

LA PARROQUIA VIRGEN DE LA ESPERANZA PARA EL 2010

El documento Aparecida y más concretamente la Misión Continental que surge de este documento, marca las líneas pastorales que la Iglesia Latinoamericana ha de seguir en los siguientes años. Es por ello que el plan pastoral de la parroquia Virgen de la Esperanza ha de delinearse a partir del documento de Aparecida y la Gran Misión Continental Permanente.

VISIÓN

Los agentes de pastoral de la parroquia, promoverán la conciencia y la acción misionera permanente en todos los fieles, acogiendo con gozo, entusiasmo y fidelidad el mandato del Señor: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes…” Mt. 28, 19ss. Formando así comunidades vivas de fe, que vivan el amor de Dios y que a su vez sean evangelizadoras por el testimonio de la verdad, la fraternidad y la caridad.

MISIÓN

La parroquia debe trabajar primordialmente en insertar a cada cristiano en un proceso que consta de cinco etapas:

a.- Encuentro con Jesucristo.

No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con una Persona (Jesús), que da un nuevo horizonte a la vida, y con ello una orientación decisiva. Pero Jesucristo no esta solo, es parte de la Trinidad – Amor. La experiencia de un Dios uno y trino, que es unidad y comunión inseparable, nos permite superar el egoísmo para el encuentro en el servicio al otro.

b.- La conversión.

Encontrarse con Jesús y seguirlo implica un cambio profundo y real en la manera de pensar y vivir, aceptando e interiorizando los valores y la práctica misionera de Jesús.

c.- El discipulado.

La formación permanente y la vida sacramental permiten a los discípulos – misioneros perseverar en su compromiso personal y en su misión evangelizadora frente al mundo.

d.- La comunión.

No puede haber una vida cristiana sin comunidad. Como los primeros cristianos debemos reunirnos en comunidad con “un solo corazón”; enriquecernos y orientarnos por la Palabra de Dios (fundamento de nuestro compromiso misionero); viviendo una plena solidaridad con todos, especialmente con los más necesitados.

e.- La misión.

El discípulo – misionero, a medida que ama y conoce al Señor, experimenta la necesidad de compartir con los demás su alegría de ser enviado a anunciar a Cristo.

Un verdadero cristiano ha de recorrer este proceso en su totalidad.