
Oh María, madre de la esperanza
tú que has conocido nuestra fragilidad
a través del sufrimiento de tu Hijo
vuelve tu mirada de Madre
a todo sufrimiento y debilidad humana.
Tú que esperaste contra toda esperanza
junto a la cruz de tu Hijo
infundiendo fe a los discípulos
confundidos y desilusionados
alcánzanos el consuelo de la esperanza.
Hoy te imploramos, oh Madre de esperanza:
pide a tu Hijo que tenga misericordia
y nos sostenga en los momento más oscuro de la vida;
intercede por nosotros para que vivamos el tiempo
con la esperanza de la eternidad
para contemplar con gozo la gloria de Cristo Resucitado.
Amén
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